Temblaba cuando tomé el teléfono.
Con cada número saltaba el corazón.
Las piernas desmayaban emociones.
El timbre se escurrió por mi espalda
y entró a tu casa
saltando hasta tu tibia cama.
Fue en vano.....
Esperé porfiada de la mano de Julieta.
El sonido machacaba entrañas.
El aleph de los silencios,
el Fausto de la hada
y el Otelo exprimido,
rompieron el aparato en mi alma.
Gemí y colgué mi esperanza.
SANJUANA NUNGARAY SÁNCHEZ
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