martes, 25 de abril de 2017

HOY TE HABLÉ POR TELÉFONO



Temblaba cuando tomé el teléfono.
Con cada número saltaba el corazón.
Las piernas desmayaban emociones.
El timbre se escurrió por mi espalda
y entró a tu casa
saltando hasta tu tibia cama.
Fue en vano.....
Esperé porfiada de la mano de Julieta.
El sonido machacaba entrañas.
El aleph de los silencios,
el Fausto de la hada
y el Otelo exprimido,
rompieron el aparato en mi alma.
Gemí y colgué mi esperanza.

SANJUANA NUNGARAY SÁNCHEZ

jueves, 20 de abril de 2017

DESDE MÉXICO A IRLANDA



Hijo mío:
Veo por tus ojos
el verdor exultante
de la lejana Irlanda.
Recorro por tu pie
calles, paseos, avenidas
de la isla esmeralda.
La misma suave brisa
que acaricia tu rostro,
me refresca las sienes
y me besa la frente.

Hijo mío:

En el azul cobalto
de la noche irlandesa
puntualmente se prende
un místico lucero
y canta para ti
mi maternal poema
y al final de tu diaria jornada
cuando tu cuerpo fatigado
se rinde entre las sábanas
abandonándose al reposo,
mi corazón y mi alma
en tu respiración suspiran
acompasadamente....

IRMA BEATRIZ BERMEO

martes, 11 de abril de 2017

CAMINO CON FERVOR DE CIEGO



Camino con fervor de ciego
sobre las huellas de otras
envejecidas huellas.

Nos guardan cosas indecibles

nos presionan sentencias
incorpóreas.

Aro sobre los surcos de mi piel

y redescubro, sin asombro
tus mismas cicatrices.

Mujer, cuando amanezca

estaremos la una en la otra
sobre el polvo.

LIDIA ACEVEDO

jueves, 6 de abril de 2017

RANA



Ella canta sus sueños
en el charco  y yo toco
la tibia claridad
de tu cuerpo.

Toda la noche se oye
el canto de la rana.

Toda la noche tu cuerpo
es una llama.

EMMANUEL QUIÑONES

lunes, 3 de abril de 2017

EL HUECO DE LA LUNA



I
¿Para que asesinar a la esperanza?
Mejor dejarla ciega
sacar las esmeraldas de sus ojos,
jugar a las canicas.

No se puede dormir en un lugar

que a todos pertenece.

II

Me acomodé en el hueco de la luna.
Ahí dormiría a gusto.
No pasó mucho tiempo
antes de que me hecharan.

III

Empecinadamente me empecino
en seguir siendo bueno.
Acostumbro llevar la fe por pantalones
desear los buenos días a todo mundo.
Jamás cierro los ojos
por ver si encuentro algo
en alguna mirada.

FERNANDO MARTÍNEZ SÁNCHEZ