sábado, 9 de julio de 2022

DOÑA LUZ VIII

 


Si tu me lo permites, Doña Luz, te llevo a mi espalda, te paseo en hombros para volver a ver el mundo.

Quiero seguir dándote el beso en la frente,  en la mañana y en la noche y al mediodía. No quiero verte agonizar, sino reír o enojarte o estar leyendo seriamente. Quiero que te apasiones de nuevo por la justicia, que hables mal de los gringos, que defiendas a Cuba y a Vietnam. Que me digas  lo que pasa en Chiapas y en el rincón mas apartado del mundo. Que te intereses en la vida  y seas generosa, enérgica, espléndida y frutal.

Quiero pasear  contigo, pasearte en la rueda de la fortuna de la semana  y comer las uvas que tu corazón agitaba a cada paso.

Tu eres un racimo madre, un ramo, una fronda, un bosque, un campo sembrado, un río. Toda igual a tu nombre,  Doña Luz, Lucero, Lucha, manos llenas de arroz, viejecita sin años, envejecida sólo para parecerte a los vinos.

JAIME SABINES

No hay comentarios.:

Publicar un comentario