Rostro divino de Santa María
moreno rostro en el que intensos brillan
dos inmensos luceros renegridos
de cálido mirar suave y sereno.
Boca de virgen dulcemente pura
pequeña y perfumada como rosa
y llena de bondad como agua clara
de manantial que todo purifica.
Vientre sagrado de ambrosíacas mieles,
impoluto, sin mancha de pecado
urna bendita de amorosa madre
cuna del Redentor, alba custodia.
Manos de seda, gráciles, tiernas
por sublime alfarero contorneadas
cada poro impregnado de belleza
cada falange un cadencioso verso.
Piecesito descalzo, diminuto
como inhollado pétalo celeste
dulces plantas de Reina , enaltecidas
en el prístino altar de la pureza!
IRMA BEATRIZ BERMEO DE ORTIZ
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