jueves, 26 de diciembre de 2019

EL INFANTE DIVINO





Ha extendido la escarcha níveo manto
sobre la dura espalda de una roca
es techo montaraz de humilde gruta
y un establo común de belemitas...
Llegan dos agotados peregrinos
María, la flor pura, inmaculada
y José, varón justo  y recatado. 

La luna conmovida se deshace
en mil rayos de plata fugitivos
que ruedan en el prístino paisaje...
Todo se ha saturado de misterio
en Judea los aires enmudecen
hasta que al fin, un dulce y tierno llanto
estremece la entraña de la tierra.

Esta voz es canción de la esperanza
himno de amor que aflora de los labios
de un infante divino: El Nazareno...
De la estrella de oriente se ha prendido 
su larga cauda y vierte polen de oro
que difunde mensaje del Mesías:
¡REINE PAZ Y BONDAD ENTRE LOS HOMBRES!

IRMA BEATRIZ BERMEO DE ORTIZ

sábado, 14 de diciembre de 2019

PARA MI REINA

 A veces no se quien soy
ni se quien eres tu
sólo se, que cuando estoy perdido
te busco, como un ciego busca la luz.

Porque tu, madre mía de Guadalupe
eres la última esperanza
eres la fuerza de mi raza
lo que me impulsa a ser mejor
a salir adelante con tu ayuda
eres mi Reyna María de Guadalupe!!

LUIS CARLOS VELÁZQUEZ NAVA

martes, 10 de diciembre de 2019

A MI AMADA REINA






Rostro divino de Santa María
moreno rostro en el que intensos brillan
dos inmensos luceros renegridos
de cálido mirar suave  y sereno.

Boca de virgen dulcemente pura
pequeña y perfumada como rosa
y llena de bondad como agua clara
de manantial que todo purifica.

Vientre sagrado de ambrosíacas mieles,
impoluto, sin mancha de pecado
urna bendita de amorosa madre
cuna del Redentor, alba custodia.

Manos de seda, gráciles, tiernas
por sublime alfarero contorneadas
cada poro impregnado de belleza
cada falange un cadencioso verso.

Piecesito descalzo, diminuto
como inhollado pétalo celeste
dulces plantas de Reina , enaltecidas
en el prístino altar de la pureza!


IRMA BEATRIZ BERMEO DE ORTIZ

martes, 3 de diciembre de 2019

CUSTODIA DEL DOLOR






A donde vaya no encontraré mas que polvo
y el eco de una estrella
que, boqueando, me esfuerzo por alcanzar
para rescatar un trozo del pasado.

Se acabaron los micrófonos de oro
los trenes
se terminó para siempre
aquel resonar de las botas bajo la colina
que hacía volar a los pájaros en bandada.

Cuando me preguntan
si soy una viajera, contesto:
no, yo soy la custodia del dolor.

A donde vaya no encontraré mas que polvo...

CLAUDIA CONTRERAS