Son florilegio tus manos divinas
con rítmico vibrar enamorado
palpitar de corrientes cantarinas
trémolo de suspiro apasionado.
Surtidor de emociones hay en tu alma
resonancias en clímax de locura
síntesis de pasión, enojo, calma
risas, lamentos, odios y ternuras.
Manos y alma se mezclan cadenciosas
y brota la brillante melodía
que en las teclas del piano es ambrosía...
y en la eclosión de mágicos acentos
el genio musical, gloria y portento
remonta el vuelo a escalas luminosas.
IRMA BEATRIZ BERMEO DE ORTIZ
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