En el balcón se cuelgan mis angustias
en un suspenso el corazón espera.
La rosa del amor tórnase mustia,
no hay eco de tus pasos en la acera.
En mi deseo de verte desespero,
siento el alma vacía, acongojada.
Entre los mantos de la noche muero
al creerme en mi anhelo traicionada.
Y cuando estoy al borde del abismo
tu silueta amadísima aparece
vuelve el deseo de amarte que enloquece...
y florece mi cuerpo en primaveras
renaciendo mil ansias quinceañeras
y borro de mi mente el atavismo.
IRMA BEATRIZ BERMEO DE ORTIZ
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