ASÍ, SIEMPRE
Restos de una obra inconclusa
los chalecos amarillos
siembran el caos.
Dos ancianas corren
en busca de cobijo
mientras la paloma de la paz
yace herida a los pies del príncipe.
Me encuentro en un auditorio
leyendo un libro muy viejo
y encuentro que esto sucedió
hace ya, muchos años.
Porto un vestido blanco,
abro una caja de madera
Y dentro está la paloma
muerta.
Pero mis manos - y mi vestido-
no se han manchado de sangre
CLAUDIA CONTRERAS
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