Fuiste la golondrina que anidó en mi pecho
la gota de rocío tremolando en mis labios
el canto pleno de vehemencia a mi oído
la palpitante flor, creciendo entre mis manos!
Fuiste el oscuro pozo de mi angustia
un lampión disipando las tinieblas
y al paisaje de mi crepuscular tristeza
poblaste de anhelos irisados.
.
Fuiste la hiedra ligándose a mis brazos
la fértil semilla que fecundó mi vientre
el néctar de ambrosía motivando mi mente
y el océano profundo envolviendo mi cuerpo!
Fuiste tantas cosas en mí, hoy lo comprendo
y en esta habitación, doliente y encogida
me he sentado a escribir esta poesía...
quizá llegue hasta le éter y tal vez...la recibas!
IRMA BEATRIZ BERMEO DE ORTIZ
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