Sobre una roca edifiqué mi casa:
la roca del amor que no se mueve
ella soporta la tormenta aleve
y ve impasible el huracán que pasa.
Sobre esa roca puse los cimientos
y levanté columnas de esperanza
el techo lo sostiene mi confianza
bajo el se abrigan dicha y sufrimientos.
Podrá venir con furia el río crecido
los vientos invernales y la nieve
pasará el huracán embravecido.
Nadie este hogar a destruir se atreve
pues sobre roca firme fue construído :
la roca del amor que no se mueve.
ROSINA G. DE DE ALVARADO
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