Fuiste mía en tu juventud de venus hawaiana
fuiste mía, en tu madurez exótica de isla pacífica, de brillante perla
fuiste mía, en la llegada de la plata a tu bruna cabellera,
y seguiste alta y delgada como una palmera.
Fuiste mía en la ancianidad, en la enfermedad
en la época que se ama ya tanto, en la época
que se da todo por el ser que amas,
fuiste mía hasta tu último aliento
y seguirás siendo mía porque volveremos a encontrarnos.
LUIS CARLOS VELÁZQUEZ NAVA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario