Camina cuidando lo que a tu paso vas sembrando, será el fruto dulce o amargo que mañana cosecharás… Recuerda, eres único en este mundo, que tú valor es inmenso, no forces tu paso, descansa de vez en cuando sin demorar demasiado, aún hay mucho por hacer, descubrir y aprender.
Camina con tu mirada al frente, nunca pienses que todo está perdido porque hasta de la madeja de hilo más enredada se termina tejiendo la más espectacular obra.
Y mientras te aproximas a la meta, mantente sabio y empático, con la fe firme en el pecho y gratitud en los labios.
Crédito a quien corresponda.