viernes, 22 de octubre de 2021

EL ÁRBOL QUE NO SABÍA QUIEN ERA

 

Había una vez en un lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un jardín esplendoroso con árboles de todo tipo: manzanos, perales, naranjos, grandes rosales,... Todo era alegría en el jardín y todos estaban muy satisfechos y felices. Excepto un árbol que se sentía profundamente triste. Tenía un problema: no daba frutos.
-No sé quién soy... -se lamentaba-. -Te falta concentración... -le decía el manzano- Si realmente lo intentas podrás dar unas manzanas buenísimas... ¿Ves qué fácil es? Mira mis ramas... -No le escuches. -exigía el rosal- Es más fácil dar rosas. ¡¡Mira qué bonitas son!! Desesperado, el árbol intentaba todo lo que le sugerían. Pero como no conseguía ser como los demás, cada vez se sentía más frustrado. Un día llegó hasta el jardín un búho, la más sabia de las aves. Al ver la desesperación del árbol exclamó: -No te preocupes. Tu problema no es tan grave... Tu problema es el mismo que el de muchísimos seres sobre la Tierra. No dediques tu vida a ser como los demás quieren que seas. Sé tú mismo. Conócete a ti mismo tal como eres. Para conseguir esto, escucha tu voz interior...
¿Mi voz interior?... ¿Ser yo mismo?... ¿Conocerme?... -se preguntaba el árbol angustiado y desesperado-. Después de un tiempo de desconcierto y confusión se puso a meditar sobre estos conceptos. Finalmente un día llego a comprender. Cerró los ojos y los oídos, abrió el corazón, y pudo escuchar su voz interior susurrándole:
"Tú nunca en la vida darás manzanas porque no eres un manzano. Tampoco florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Tú eres un roble. Tu destino es crecer grande y majestuoso, dar nido a las aves, sombra a los viajeros, y belleza al paisaje. Esto es quien eres. ¡Sé quien eres!, ¡sé quien eres!..."
Poco a poco el árbol se fue sintiendo cada vez más fuerte y seguro de sí mismo. Se dispuso a ser lo que en el fondo era. Pronto ocupó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Solo entonces el jardín fue completamente feliz. Cada cual celebrándose a sí mismo.
Puede ser una imagen de árbol y al aire libre

miércoles, 6 de octubre de 2021

SOMOS DESPIERTOS

 

Nos gusta la soledad porque nos enlaza con nosotros mismos.
Gustamos de la meditación y encontrar la belleza de la armonía que descansa en la paz de la quietud.
No nos importan las marcas de ropa, ni nada que pide el ego para generar apego.
Somos diferentes no por el hecho de serlo... es porque hace tiempo dejamos de ser solo otro ladrillo en la pared.
No fingimos el afecto,ni decimos las cosas si no las sentimos.
No hablamos de amor,si antes no nos hemos amado.
No pedimos abundancia material ni monetaria, porque si vives bien, eso te será dado por añadidura. El universo sabe lo que necesitas y eso te dará.
Aún lo malo, como lo bueno lo aceptamos y agradecemos, porque no existen equivocaciones o errores. Todo está escrito y todo tiene una causa.
Comemos cuando tenemos hambre, bebemos cuando tenemos sed y hablamos cuando tenemos algo qué decir...la mayoría hace lo contrario.
Vivimos en vibración positiva y sabemos que todo lo que sucede en el mundo no está aislado.
Todo lo que hacemos, bueno o malo, afecta a la humanidad y afecta demencionalmente.
No usamos ningún tipo de droga, porque le tenemos gran aprecio al cuerpo, porque es el templo de la conciencia. Por medio de él, encontramos la experiencia de la vida en este avatar orgánico, toda una linda aventura para dejar de reencarnar y volver al origen.
Es como si todo estuviera unido por cuerdas.
Si la gente se perdonara para seguir adelante, viviría mejor, pero si despierta y desarrolla su consciencia, ni siquiera necesitaría perdonar, porque sería amor y perdón en su esencia.
No somos raros, somos amor.